viernes, 2 de mayo de 2008

Un Viaje Indignante

Tras separarnos luego de compartir una agradable tarde de estudio en casa de una compañera, camino a mi hogar me encontré con una escena que no pude dejar pasar.


Era una familia, cuatro eran sus integrantes, creo que (al igual que yo) iban rumbo a su hogar luego de una tarde de paseo. Siempre he valorado eso, salir y compartir con la familia es un enorme gesto de confianza y unidad... bueno, siguiendo con la escena, me fijé en este grupo durante todo mi recorrido en el metro. Me llamó la atención el desplante que poseía la mayor de las dos hermanas, tenía demasiada personalidad, eso me asombró pero a la vez desagradó. Por otro lado, había una pequeña de más o menos 4 años, ella fue a la que más observé. La niña era muy pensativa, había momentos en los cuales miraba fijamente el vacío, esto me impactó, a su edad realmente es muy extraño, así que le dediqué toda la atención posible (sin ser imprudente, claro). Mientras la hermana mayor hablaba fluidamente con su madre, la pequeña miraba el suelo, y de vez en cuando le dirigía la palabra a su padre.

Hubo un momento en el cual todos ellos miraron por la ventana, me fue desconocido el por qué lo hicieron. Después de esto la pequeña dijo algo, pero nadie de la familia pareció escuchar, esto me indignó. Luego de volver a sus lugares iniciales, la madre le dio la espalda bruscamente a su hija menor (bruscamente, créanme), y entabló nuevamente conversación con su otra hija... eso fue indignante.

La niñita siguió hundida en sus pensamientos durante los siguientes minutos, hasta que le habló a su padre. Él la ignoró. Ella le siguió hablando hasta tal punto que la pequeña le gritó. Lo que me causó más rabia fue que todos rieron. La niña sólo quería que su padre le devolviera un peluche. Ella, se levantó de su asiento, fue hasta donde él, le quitó el peluche y volvió a su lugar. Sus ojos se llenaron de lagrimas y lo único que atinó a hacer fue abrazar a su osito, su único apoyo en aquel momento, el único que parecía comprenderle... eso provocó en mi una inmensa pena mezclada con rabia... después de esa escena tuve que bajarme del vagón.



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