Hija de Cronos y Rea. Pertenece a la segunda generación divina. Es la diosa de la agricultura.
Mientras Rea es considerada la madre universal, Deméter es la madre nutricia y proporciona los cereales, con los que se alimentan los humanos. Gracias a esto, los hombres tienen la oportunidad de evolucionar de un estado salvaje a la civilización. Por esta razón, Deméter ocupa un lugar privilegiado en la religión griega.
Durante su juventud tuvo a Perséfone y a Yaco con su hermano Zeus. Su mito está íntimamente ligado con el de su hija.
La leyenda comienza con Perséfone recogiendo flores en una pradera. De repente la tierra se abre a sus pies y surge Hades, que rapta a la joven. Perséfone grita pidiendo auxilio a su madre, Deméter al oírla acude en su ayuda, al no encontrarla, comienza para ella un largo peregrinaje en pos de la muchacha.
Se viste de luto y con una antorcha, para alumbrarse durante la noche, busca sin descanso durante nueve días y nueve noches. Al décimo día la diosa se encuentra con Hécate, quien le sugiere que consulte a Helio, el dios que todo lo ve. Este dios efectivamente ha contemplado lo sucedido y se lo relata a la infortunada madre. La cólera de Deméter es tal que abandona el Olimpo, se disfraza de vieja y se niega cumplir sus funciones mientras su hija no le sea devuelta.
En Elusis, la diosa entra al servicio del rey Céleo y su esposa Metanira. Agradecida por la hospitalidad de éstos, decide hacer inmortal a Demofonte, infante al que ella servía de nodriza. Pero mientras practicaba los ritos necesarios, fue interrumpida por Metanira y el niño falleció. Como compensación Deméter otorgó grandes dones a Triptólemo, hermano del fallecido. Según otras versiones Demofonte no muere, simplemente no alcanza la inmortalidad.
Como la diosa sigue negándose a hacer fructificar los campos, Zeus envía primero a Iris y después poco a poco a todos los dioses del Olimpo para convencerla de que regrese y fertilice la tierra. Ante el nulo resultado de sus embajadas, Zeus cede y manda a Hermes al Hades con el mensaje de que Perséfone debe ser devuelta. Como la muchacha ha probado la comida de los muertos, ya no le es posible regresar. Para contentar a Deméter, el dios dictaminó que a partir de aquel momento, la chica pasase la mitad del año junto a su esposo en el Tártaro y la otra mitad del año con su madre entre los vivos.
Mientras la diosa buscaba a su hija, Poseidón enamorado de ella, la acosaba continuamente. En una ocasión Deméter, para esquivar a su pretendiente, se transformó en yegua, pero el se metamorfoseó en caballo y de esta unión nació el corcel llamado Arión y una hija a la que llamaban Señora. Otra leyenda relata los amores entre la diosa y Yasión, con quien tuvo a Pluto. También podemos encontrarla interviniendo en las leyendas de Ascálafo, Erisictión, Fítalo, Linco y Melisa.
Deméter es considerada la descubridora del trigo, enseña a prepararlo y a cocinarlo.
Algunos de sus epítetos son "Legisladora" pues también proporcionó leyes a sus seguidores, "Dadora de fruto", "Subterránea", "Negra" debido al luto que lleva al perder a su hija, "Señora" y "Verdeante".
Sus atributos son la espiga, el narciso y la adormidera. Su ave la grulla. Su víctima predilecta la trucha.
Se la representa coronada con espigas, sentada y llevando en la mano una antorcha o una serpiente.
Mientras Rea es considerada la madre universal, Deméter es la madre nutricia y proporciona los cereales, con los que se alimentan los humanos. Gracias a esto, los hombres tienen la oportunidad de evolucionar de un estado salvaje a la civilización. Por esta razón, Deméter ocupa un lugar privilegiado en la religión griega.
Durante su juventud tuvo a Perséfone y a Yaco con su hermano Zeus. Su mito está íntimamente ligado con el de su hija.
La leyenda comienza con Perséfone recogiendo flores en una pradera. De repente la tierra se abre a sus pies y surge Hades, que rapta a la joven. Perséfone grita pidiendo auxilio a su madre, Deméter al oírla acude en su ayuda, al no encontrarla, comienza para ella un largo peregrinaje en pos de la muchacha.
Se viste de luto y con una antorcha, para alumbrarse durante la noche, busca sin descanso durante nueve días y nueve noches. Al décimo día la diosa se encuentra con Hécate, quien le sugiere que consulte a Helio, el dios que todo lo ve. Este dios efectivamente ha contemplado lo sucedido y se lo relata a la infortunada madre. La cólera de Deméter es tal que abandona el Olimpo, se disfraza de vieja y se niega cumplir sus funciones mientras su hija no le sea devuelta.
En Elusis, la diosa entra al servicio del rey Céleo y su esposa Metanira. Agradecida por la hospitalidad de éstos, decide hacer inmortal a Demofonte, infante al que ella servía de nodriza. Pero mientras practicaba los ritos necesarios, fue interrumpida por Metanira y el niño falleció. Como compensación Deméter otorgó grandes dones a Triptólemo, hermano del fallecido. Según otras versiones Demofonte no muere, simplemente no alcanza la inmortalidad.
Como la diosa sigue negándose a hacer fructificar los campos, Zeus envía primero a Iris y después poco a poco a todos los dioses del Olimpo para convencerla de que regrese y fertilice la tierra. Ante el nulo resultado de sus embajadas, Zeus cede y manda a Hermes al Hades con el mensaje de que Perséfone debe ser devuelta. Como la muchacha ha probado la comida de los muertos, ya no le es posible regresar. Para contentar a Deméter, el dios dictaminó que a partir de aquel momento, la chica pasase la mitad del año junto a su esposo en el Tártaro y la otra mitad del año con su madre entre los vivos.
Mientras la diosa buscaba a su hija, Poseidón enamorado de ella, la acosaba continuamente. En una ocasión Deméter, para esquivar a su pretendiente, se transformó en yegua, pero el se metamorfoseó en caballo y de esta unión nació el corcel llamado Arión y una hija a la que llamaban Señora. Otra leyenda relata los amores entre la diosa y Yasión, con quien tuvo a Pluto. También podemos encontrarla interviniendo en las leyendas de Ascálafo, Erisictión, Fítalo, Linco y Melisa.
Deméter es considerada la descubridora del trigo, enseña a prepararlo y a cocinarlo.
Algunos de sus epítetos son "Legisladora" pues también proporcionó leyes a sus seguidores, "Dadora de fruto", "Subterránea", "Negra" debido al luto que lleva al perder a su hija, "Señora" y "Verdeante".
Sus atributos son la espiga, el narciso y la adormidera. Su ave la grulla. Su víctima predilecta la trucha.
Se la representa coronada con espigas, sentada y llevando en la mano una antorcha o una serpiente.
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