martes, 17 de febrero de 2009

Moiras






También llamadas Parcas.

Personalizan del destino. Moira significa "la porción asignada". Son hijas de Zeus y Temis o según otras versiones de Nix (la Noche), y hermanas de las Horas. Reparten al azar las dichas y desgracias que le corresponden a cada persona a lo largo de su vida.

Al ser deidades antiguas no reconocen la autoridad de los Olímpicos, además, son temidas por los mismos dioses, ni siquiera Zeus les ordena o impide nada.

En su origen eran unos espíritus relacionados con el nacimiento. En ese momento, decidían cual iba a ser la vida del nacido y predestinaban sus actos y el momento de su muerte.

Posteriormente evolucionan hasta convertirse en tres hermanas: Cloto (la hilandera), Láquesis (la suerte) y Átropos (la inflexible). Las tres miden la vida con un hilo de lana (blanca o dorada para los momentos de felicidad, y negra, para los momentos de dolor) que la primera hila, la segunda devana y la tercera corta.

Como diosas del destino velan para que el destino de cada quien se cumpla, incluyendo el de los propios dioses. Asisten al nacimiento de cada ser, hilan su destino y predicen su futuro.

La más joven, Cloto, preside el momento del nacimiento y lleva el ovillo de lana con el que va hilando el destino de los hombres; la segunda en edad, Láquesis, enrolla el hilo en un carrete y dirige el curso de la vida y la anciana Átropos, la propia Parca, coge del carrete el hilo de la vida y lo corta con sus tijeras de oro sin respetar la edad, la riqueza, el poder, ni ninguna prerrogativa, y así ésta llega inevitablemente a su fin.

Se cuenta que en una ocasión fueron engañadas por el dios Apolo que, tras haber emborrachado a las tres hermanas, pudo conseguir que éstas accedieran a indultar al joven Admeto que le trató muy bien (le sirvió durante un tiempo cuando fue condenado a vivir entre los mortales como castigo por matar a los Cíclopes) a cambio de que alguien muriese en su lugar. Admeto creyó que uno de sus ancianos padres aceptaría, pero cuando éstos se negaron fue Alcestis, su propia esposa, la que se sacrificó por amor hacia él. Aunque luego fue rescatada por Heracles, que luchó contra Tánatos (Dios de la Muerte) para luego liberarla.

Se las representa como a tres viejas hilanderas de aspecto severo o como a unas melancólicas doncellas. Sus atributos son un cesto con husos, el huso, la rueca y tijeras o cuchillos. Son símbolos de una concepción del mundo.

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